
Tensión Láctea
Generalmente, a partir del tercer día y coincidiendo con la bajada de la leche, tus pechos estarán tensos, doloridos y calientes. Incluso podés llegar a tener fiebre. Además, si el pezón está muy tenso, el bebé tiene dificultades para prenderse al pezón adecuadamente.
¡Desde Clínica y Maternidad del Sol, queremos proponerte algunas maneras de aliviar las molestias para que la lactancia pueda continuar normalmente!
- Ofrecele el pecho a tu bebé con gran frecuencia (cada dos horas si es posible).
- Amamantá en distintas posiciones para vaciar mejor todos los conductos.
- Antes de cada mamada:
- Entibiá tu pecho, dejando correr agua tibia de la ducha o aplicándote toallas húmedas.
- Si tus pechos están muy duros, masajealos suavemente.
- Extraé unas gotas de leche para ablandar la zona de la areola y favorecer la formación del pezón.
- Mientras el bebé succiona, masajeá circularmente las zonas del pecho que sientas más duras.
- No pongas horarios para amamantar; con el correr de los días adquirirán su ritmo de alimentación.
- Cuando el niño termine de comer, revisá tus pechos. Si todavía siguen pesados y con durezas, extraé leche hasta que estén más blandos y te sientas más cómoda. La colocación de compresas frías puede ayudar a descongestionar.
- Asegurate que el corpiño que utilizas contenga bien las mamas, no sea demasiado ajustado ni tenga aro.
- En caso de ser necesario, podés tomar analgésicos. Consultá con tu obstetra.
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